Macarena Marnich

Tiene 31 años y vive junto a su mamá en la Villa Los Jardines de don Aníbal. Tiene un local en el persa El Nogal, donde vende ropa reciclada y ropa nueva juvenil. 

APORTE A LA COMUNIDAD DE RENCA

Al nacer, Macarena se asfixió en el parto. Fue una asfixia perinatal que obligó a su madre a pedir licencia médica para dedicarse 100 por ciento a su cuidado.

El diagnóstico fue una displejia espástica mixta y por eso su primer año de vida lo pasó recibiendo terapias en la Teletón.

Desde entonces su vida ha estado marcada por las dificultades, entre ellas la búsqueda de una sala cuna, luego un jardín infantil, después la  escuela básica y un establecimiento de educación media. 

“La inclusión es complicada y nadie me quería recibir porque argumentaban, que nadie  tenía las  competencias para cuidarme”.  

Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Actualmente ha tenido problemas de inserción laboral y aunque no ha parado de buscar empleo, aún no encuentra un lugar de trabajo del todo inclusivo.

Macarena se presentó a muchas entrevistas. Una de ellas fue en Mc Donald’s, donde le dijeron que no podía trabajar ahí porque temían que destrozara todo con sus movimientos bruscos. Recuerda que fue una de sus experiencias más tristes, porque regresó llorando a su casa.

“La discriminación de la sociedad es dura”, dice. 

Un día se cansó de esto, sacó toda la ropa de su closet dejando sólo cuatro prendas para ella y se fue a venderla a la  Feria  Lourdes. Ahí estuvo trabajando 5 años, donde ahorró y pudo comprar una llave en el Persa El Nogal.

Gracias a su trabajo en la feria y a que pudo ahorrar, logró conseguir su propio local en el persa. También abrió una libreta para la vivienda y postuló a un  departamento que espera recibir a fin de año. Gracias a su persevenrancia, actualmente trabaja algunos días digitando datos en Recursos Humanos, en un proyecto de inclusión laboral.  

Macarena siempre ha tenido que esforzarse el triple que los demás para lograr todo lo que tiene, porque la sociedad no confía en ella y le ha cerrado las puertas. Y ese empuje fue motivo suficiente para que se convirtiera en Orgullo de Renca.  

MENSAJE A LAS NIÑAS Y MUJERES DE RENCA

“Yo quiero que la discapacidad se vea y decirle a las mujeres de Renca que  Todo se puede lograr, con esfuerzo,  perseverancia y confianza en ellas”.